Viajes para conocer los puentes mas maravillosos.

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Son auténticos iconos de los viajes de turismo, imponentes en los lugares donde se elevan, ya sean ríos, cañones o mares. Nos asomamos a ellos.

“La cosa más grande que un hombre pueda construir”. Ese era el sueño del ingeniero Joseph Strauss, que entre 1933 y 1937, logró hacer realidad sus anhelos en el punto exacto donde confluyen las aguas del océano Pacífico con las de la bahía de San Francisco. Atención a los números: mide 1.287 metros y cada uno de los cables que lo sujetan pesa 12.000 toneladas. Su llamativo color rojo ha brillado en películas como "El halcón maltés", "Vértigo" o "Superman".

Mil y un símbolos podría tener la ciudad italiana, pero, entre todos ellos, este sería siempre el primero en cualquier lista. Su imagen, poderosa sobre el río Arno resulta difícil de olvidar, sobre todo a la hora del atardecer. En su lugar hubo un día otros puentes, pero este, construido en 1345 por Taddeo Gaddi y Neri di Fioravantei, es el que logró sobrevivir. Consta de tres arcos, mide 67 metros y es uno de los pocos habitados del mundo. En su interior siempre ha habido tiendas.

Es uno de los iconos históricos de Londres. Fue construido sobre las aguas del río Támesis entre 1886 y 1894 para facilitar los movimientos de población ante el rápido crecimiento de la zona Este de la ciudad. Es un puente levadizo: hay que consultar el horario diario para verlo en acción. También es posible visitar sus torres gemelas, el antiguo sistema de levantamiento con máquinas de vapor y atravesar las pasarelas cubiertas de cristal que lo cruzan.

PUENTE DORADO DE DA NANG (Vietnam)

Ya lo dice su nombre: este puente peatonal parece hecho de oro. Pero no es su color lo que llamará la atención, ni siquiera su extensión ni su situación, a 1.800 metros de altura como está, cerca de Da Nang, en la cima de la montaña Nui Chua. Aquí lo importante son las formas: la estructura gira sobre sí misma sujetada por dos gigantescas manos realizadas en fibra de vidrio y malla de alambre. Construido en 2018, es un mirador perfectamente integrado en el entorno.

PUENTE DE BROOKLYN (Estados Unidos)

El primer ingeniero, John Augustus Roeblin, murió de tétanos tras un accidente durante su construcción. Su hijo Washington cayó enfermo después de sucederle, así que fue la esposa de este, Emily Warren, quien acabó tomando las riendas. Ella fue la primera persona en cruzarlo, en 1883, trece años después del comienzo de las obras de este famosísimo puente, pionero en la sujeción mediante cables de acero. Sus 1.825 metros unen la isla de Manhattan con Brooklyn.

PUENTE DE CARLOS (República Checa)

Fue el emperador Carlos IV quien mandó construir en el año 1357 este puente de piedra que no solo sirvió para unir la Ciudad Vieja con el castillo de Praga. También fue vía de acceso fundamental para el comercio entre la Europa Oriental y la Occidental. Tiene 16 arcos y mide 516 metros de largo y casi diez de ancho. En su cabecera destaca la que es una de las torres góticas más bellas del mundo. Las mayor parte de las 30 estatuas que lo adornan son barrocas.

PUENTE DE LA BAHÍA DE SYDNEY (Australia)

Su forma de percha lo ha convertido en todo un símbolo de la ciudad australiana, con permiso de la Ópera, con la que dibuja una imagen de postal. Construido en acero, fue inaugurado el 19 de marzo de 1932, después de ocho años en obras. Mide 1.149 metros y su arco se eleva hasta los 134. Conecta el centro financiero con la costa norte y aglutina un sinfín de curiosidades. Paul Hogan, “Cocodrilo Dundee”, trabajó en sus tiempos dando una mano de pintura al puente.

“Una obra sorprendente que combina belleza, estética y funcionalidad”. Este fue uno de los argumentos esgrimidos por la Unesco en 2006 para incluir en el privilegiado catálogo de bienes Patrimonio de la Humanidad a esta joya de la arquitectura industrial, primer puente transbordador construido en el mundo de estructura metálica. Fue inaugurado en 1893 y sirve para unir las dos márgenes de la ría de Bilbao, desde Portugalete al barrio de Las Arenas, en Getxo.

PUENTE COLGANTE DE CAPILANO (Canadá)

Más de ochocientas mil personas ponen a prueba cada año su valor al cruzar este puente de Vancouver suspendido a 70 metros de altura sobre el río Capilano. No es una atracción nueva. Fue construido en el año 1889, aunque entonces eran cuerdas de cáñamo las que sustentaban la estructura, anclada con troncos de cedro. Hoy los materiales son mucho más resistentes, así que nada nos impide recorrer sus 140 metros de extensión y disfrutar del parque que lo envuelve.

Es el más antiguo de los cuatro puentes que atraviesan el Gran Canal. Tras el derrumbe de uno anterior de madera que ocupaba el mismo espacio, Antonio da Ponte diseñó este otro en piedra, construido entre 1588 y 1591. Su silueta es inconfundible: dos rampas inclinadas con escaleras que se cruzan en un pórtico central. Más allá de la foto de rigor, tiene utilidad: une la zona de San Polo y el Mercado de Rialto con el sestiere de San Marco.

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